martes, 28 de abril de 2009

Iztaccíhuatl y Popocatépetl – la leyenda de dos volcanes


Hace tiempo los aztecas vivían en la ciudad Tenochtitlan (ahora allí está la capital de los aztecas). El cacique era poderoso y amado por todos. Sin embargo él y su mujer tenían un problema – no tenían hijos. Un buen día los díoses atendieron sus ruegos. La mujer dío a luz a una niña: Iztaccihuatl. La chica era tan bonita como su madre.
Cuando la chica llegaba a la adolscencia, se enamoró de Popocatépetl – uno de los guerreros, muy amable y guapo. Pronto estalló la guerra y todos los guerreros partieron para luchar con los enemigos. Iztaccíhuatl y Popocatépetl estaban enamorados, por lo que antes de ir a la guerra, el guerrero pidió al padre de la princesa la mano de ella si regresaba victorioso. El cacique aceptó el trato.
Después los ciudadanos de Tenochtitlan oyeron un noticia terrible. Popoca cayó en el combate. Iztaccíhuatl lloró amargamente y luego murió de tristeza.
Cuando los padres preparaban el entierro de su hija, a la ciudad volvió Popoca con su tropas. Según se reveló, la noticia sobre la muerte de guerrero la comunicó un enemigo de Popoca.
Popocatépetl mandó que 20,000 esclavos construyeran una gran tumba ante el Sol. Formaron una gigantesca montaña. El joven le dio un beso a su amada, tomó una antorcha y se arrodilló en otra montaña frente a la tumba y pronto también murió de tristeza.
Los dioses emocionados cambiaron sus cuerpos en dos vulcanes majestuosos. Hasta hoy él grande se llama Popocatépetl (en nahuatl significa “Cerro que humea”) y vela sobre el segundo volcán - la silenciosa Iztaccíhuatl (“Mujer blanca”)
El Popocatépetl tiene 5,452 metros de altura, el Iztaccíhuatl 5,286. Son dos de cuatro volcanes más altos y espectaculares de México.